Por otro lado, el Dioni demostró durante la pasada gala muy poca tolerancia, educación y respetoal referirse a Sofía Cristo como “el novio o la novia de Nagore”.
Pero tampoco me asombra, porque se le ve que dentro de esa fachada burlona, se esconde una mentalidad retrógrada que hace uso de chistes intransigentes, mientras admite no haber besado nunca a su mujer por la calle… ¡parece el hombre de Atapuerca! Seguro que es el típico al que le sale un hijo gay y le echa de casa o se cree que no es una persona normal.
Eso sí, aunque discrepo totalmente de las formas y el fondo del Dioni, admito que tampoco estoy a favor de tanto exceso, de tanto aplaudir que dos mujeres se estén besando en un reality…¡Ya está bien, qué llevamos semanas con el mismo tema! ¿Así pretendemos dar normalidad a que dos mujeres se quieran? Porque una mujer sea lesbiana ¿tiene que declararlo a los cuatro vientos y alardear de ello? Tiene la misma lógica que quién va de machote por la vida, es decir, ninguna. ¡Qué cada uno se acueste con quién le dé la gana!
Porque no dudo que en un principio ver a Nagore y a Sofía juntas haya podido ayudar a la integración del colectivo, pero digo yo que ya está bien de dar bombo y platillo a cada beso, a cada frotamiento y a cada caricia que se regalan, ¡qué sólo falta que les pongan una estatua en la puerta del Sol!
Además, quizás no sea oro todo lo que reluce, ya que echando mano de hemeroteca, he comprobado que desde una entrevista para “Primera Línea” Nagore Robles vendía su relación con la cantante Vanesa Kleincon las mismas palabras que ahora define su idílica relación con Sofía Cristo…
Cambiando de tercio, finalmente la “Paris Hilton española” fue expulsada de Acorralados, ¡y es que ya era hora de que el público hiciera justicia!
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