martes, 1 de noviembre de 2011

Liberto Lopez de la Franca y su gran mentira

Ayer desde este espacio os mostraba una serie de fotografías que hacían tambalearse la imagen que Liberto López de la Franca ha querido formarse de cara a la galería.
Aunque he de reconocer que dichas instantáneas son una auténtica frivolidad en comparación con la impactante información que hoy desvelaremos en exclusiva desde este Confesionario.
Nos quedamos de piedra ante las imágenes dantescas en las que Liberto posaba junto a D. Leandro de Borbón como si fuera un trofeo de caza, abusando sin escrúpulos de la confianza de un anciano en sus horas de descanso.
Inevitablemente eso nos hizo cuestionarnos qué tipo de persona se ocultaba detrás de esa fachada de estirado, educado y correcto hasta decir basta, que según multitud de informaciones que me habéis hecho llegar a mi correo, dista mucho de la verdadera personalidad de Liberto, al que muchos me describís como un lobo con piel de cordero que tiene mucho que ocultar.
Pues finalmente, después de muchos dimes y diretes, mediante una fuente muy cercana a D. Leandro de Borbón, he tenido acceso a la verdadera historia de Liberto, quién es en realidad y de qué manera llegó a formarse ese personaje televisivo que hoy le ha llevado a formar parte de uno de los realities de Telecinco.
Una información que no dejará indiferente a nadie y que sin duda, dará mucho que hablar…
Según me comentan desde el círculo más cercano a D. Leandro de Borbón, a sus 80 años, jubilado y con mucho tiempo libre, de repente un día recibió la visita de un chico que le pareció muy leído, con mucha memoria y que le empezó a llamar “alteza”, “infante”, hacer reverencias y regalarle los oídos.
D. Leandro enseguida se mostró halagado con Liberto, que no dudó en pedirle que le hiciera el prólogo de un libro que iba a sacar, a lo que D. Leandro aceptó encantado.
Tiempo después, Liberto le trasmitió a D. Leandro su adoración por Alfonso XIII y que sería su sueño escribir un libro sobre él. A lo que nuevamente D. Leandro aceptó encantado, y aunque el libro no tuvo mucho éxito se repartieron los beneficios.
Al parecer Liberto ya se encontraba en su salsa, por lo que decidió decirle a D. Leandro: “¡Oye! ¿Por qué no tienes tú una casa real como la de Su Majestad el Rey? Y además yo sería el jefe y te seria fiel toda mi vida…”
D. Leandro una vez más aceptó, sintiéndose halagado, y sobre todo entretenido.
A partir de ese momento, Liberto empezó a comprar –pero pagando D. Leandro- papeles de calidad y sellos para hacerle firmar cargos y juramentos relacionados con la “casa del infante” – que no deja de ser una especie de club privado que realmente no sirve para nada-.
Rápidamente mandó hacer 600 tarjetas con su nombre y el cargo de “jefe de la casa real del infante” que me aseguran que comenzó a repartir a diestro y siniestro para presumir de quien era y aprovecharse de la figura pública de D. Leandro de Borbón en su propio beneficio.
Todo esto acompañado de dinero que D. Leandro le daba a Liberto de vez en cuando, así como cada vez que venía Madrid, comidas y alojamiento a veces, porque según me comentan, “este hombre no tiene donde caerse muerto”.
Gracias a todo este marketing, Liberto consiguió su objetivo, que fue entrar en un programa como “Las joyas de la corona” por ser “jefe de la casa real del infante”.
Como anécdota, me transmiten que el dinero con el que Liberto compró los trajes que utilizó en “Las joyas de la corona”, así como el que llevaba al entrar en “Acorralados”, todavía se lo debe a una amiga de D. Leandro que se lo prestó de buena fe. Y hablamos de una cantidad que superaría los 2.000 euros…
Cuando Liberto sale del programa ya es popular y D. Leandro ya no le sirve de trampolín, a esto se junta la aparición de pólipos en el colon del Borbón y la noticia de que tendrán que cortarle un trozo de colon, motivo por el que coge miedo y decide disolver “la casa del Infante” (finales de Noviembre 2010) escribiendo a Liberto una carta muy cariñosa y educada –doy fe de ello- donde le explica que no puede más y se va a dedicar a curarse.
Me aseguran que la reacción de Liberto fue la de un desgraciado, cabrearse como un mono, y ni siquiera interesarte por la salud de D. Leandro, para terminar afirmando, meses después desde la gala de Acorralados, que fue él quien renunció al cargo.
Pero es más, como guinda del pastel de aquel que juraba y perjuraba que sería leal… hace dos semanas D. Leandro recibió una papeleta de conciliación donde Liberto le reclama unos 70,000€ aproximadamente por ser el “jefe de su casa”.
La reacción de D. Leandro -que tiene un marcapasos, y como ya conocéis, se encuentra muy delicado de salud-, fue comunicarle la impactante noticia a los suyos, asfixiado como un niño asustado que sabe que ha metido la pata por haber confiado demasiado en la persona equivocada.
Este martes, dicha papeleta de conciliación fue archivada por la no comparecencia de Liberto ni de ningún abogado en su nombre, según documentos que he podido comprobar con mis propios ojos.
Como os imaginareis, los amigos y familiares de D. Leandro se sienten tremendamente indignados por el comportamiento de Liberto, que ha demostrado con creces ser un completo desagradecido al que no le importa en absoluto la delicada situación económica y de salud, que están pasando D. Leandro y su mujer.
Por lo que su círculo más cercano me ha querido aclarar varias de las noticias que desde hace varios días están quedando en el aire…
En primer lugar, que Liberto nunca tuvo instrucciones de D. Leandro para que él mediara en la reconciliación con Blanca y sus hermanos. Consideran totalmente ridículo que Liberto afirme tal cosa, ya que se hablaban con Alfonso –hermano y defensor de Blanca- desde hacía tiempo, y en todo caso hubiera sido él quien se ocupara del problema familiar.
Al igual que me niegan rotundamente que Leandro hijo haya sido el causante de la no reconciliación de D. Leandro con Blanca y el resto de sus hijos, si no que el propio Liberto, horas antes de que Blanca y Mercedes aparecieran en un plató para hablar de su padre, decidió llamar y amenazarlas para que no salieran a la palestra.
También me aseguran que es totalmente falso que Liberto haya estado en Zarzuela escuchando una bronca del Rey –tal y como afirmó Liberto desde Acorralados-.
Por otro lado, contradicen la información que dio mi compañero Kiko Matamoros desde Sálvame, afirmándome que D. Leandro nunca reclamó al Rey dinero alguno, que el cuaderno particional se lo mandó el colegio de notarios de Madrid por unos conocidos, y que D. Leandro únicamente lo miró con curiosidad, pero que nunca reclamo nada, porque él se siente muy satisfecho con su apellido.
En resumen, un sinfín de supuestas contradicciones y mentiras por parte de Liberto López de la Franca que dejan entrever que aún nos queda mucho por descubrir del que, según me aseguráis en muchas de vuestras informaciones, es conocido por “Pepito Catedrales”.

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